lunes, 16 de abril de 2012

EN UN RINCÓN DEL NOROESTE MURCIANO

La aldea de Inazares (Moratalla), situada al pie del Macizo de Revolcadores y a 1.350 metros de altitud,  es un lugar con especial encanto. Esta población, a poco más de una hora de la saturada y abigarrada Murcia, nos invita al solaz, a la conversación, a la reposada lectura, en contacto estrecho con una Naturaleza virgen en la que aún nos es dado contemplar el majestuoso vuelo del águila culebrera, el planear a gran altura del buitre leonado, el susurro del viento sobre las cimas de las montañas que la rodean, la maravilla del universo estrellado en sus limpias noches… En suma, la paz y la tranquilidad que presiden este singular paraje.

Mención especial para su rica gastronomía: en Inazares podrás degustar el buen embutido del campo de San Juan y la delicia para el paladar que supone un buen asado de cordero segureño.

Pero lo mejor de Inazares son sus gentes, sencillas, afables y siempre dispuestas a la conversación con los visitantes.

Con esta entrada doy inicio a una serie de fotografías de este precioso rincón del Noroeste murciano, al que alguien calificó del "último confín".


Fuente a la entrada del caserío Inazares. Al fondo, a la izquierda, se intuye la entrada al restaurante El Nogal.